SOCIAL
Laura Diz





1.- Definición
Lectura del cuento.

2.- Objetivos
- Aceptar las diferencias.
- Encontrar lo positivo en las demás personas.

3.- Participantes
Edad: Desde los 3 años.

4.- Material:
Cuento “El niño que tenía dos ojos” PACHECO, M.A. y GARCÍA SÁNCHEZ,
J.L. Altea. Madrid. 1998.

5.- Desarrollo
El profesor o profesora lee el cuento que puede presentarse también acompañado de ilustraciones. A continuación, si la edad lo permite, se puede dialogar con los niños/as sobre algunas de cuestiones presentadas en la evaluación.

6.- Evaluación
Cuestiones para profundizar:
- ¿En qué era diferente el niño de los demás? ¿En qué era igual?
- ¿Tenía problemas por ser igual o diferente?
- ¿Tenía el niño algo especial, algo que los demás no tenían? ¿Les gustaba a los demás eso especial?
- ¿Podrían haber visto los colores los demás si el niño no se lo hubiese contado? Entonces, ¿Era bueno o era malo que tuviera dos ojos?
- ¿Tenemos cada uno de nosotros/as algo especial? ¿Nos gusta? ¿Le gusta a los demás?
- Podemos preguntarle a nuestros padres, hermanos, amigos,…qué les gusta de nosotros que sea especial y diferente a las demás personas.

Anotar en la hoja de seguimiento de la sesión las observaciones respecto al desarrollo de la dinámica y los objetivos planteados.

7.- Fuente
Rodero Garduño, Luis. Temas transversales del Currículo, 1. E. para la salud, Cultura Andaluza, Educar para la Vida en Sociedad, E. Vial.



El niño que tenía dos ojos


Entre anoche y esta mañana, existió un planeta que era muy parecido a la Tierra. Sus habitantes sólo se diferenciaban de los terrestres en que no tenían más que un ojo. Claro que un ojo maravilloso con el que se poda ver en la oscuridad, y a muchísimos kilómetros de distancia, y a través de las paredes…

Con aquel ojo se podían ver los astros como a través de un telescopio y a los microbios como a través de un microscopio…

Sin embargo, en aquel planeta las mamás tenían a los niños igual que las mamás de la Tierra. Un día nació un niño con un defecto físico muy extraño: tenía dos ojos. Sus padres se pusieron muy tristes. No tardaron mucho en consolarse; al fin y al cabo era un niño muy alegre…y, además, les parecía guapo… estaban cada día más contentos con él. Le cuidaban muchísimo.

Le llevaron a muchos médicos pero su caso era incurable. Los médicos no sabían qué hacer. El niño fue creciendo y sus problemas eran cada día mayores: necesitaba luz por las noches para no tropezar en la oscuridad… Poco a poco, el niño que tenía dos ojos se iba retrasando en sus estudios; sus profesoras le dedicaban una atención cada vez más especial…Necesitaba ayuda constantemente.

Aquel niño pensaba ya que no iba a servir para nada cuando fuera mayor… Hasta que un día descubrió que él veía algo que los demás no podían ver. En seguida fue a contarles a sus padres cómo veía él las cosas (¡En colores, no como los demás, que sólo veían en blanco y negro!). Sus padres se quedaron maravillados… En la escuela sus historias encantaban a sus compañeros. Toso querían oír lo que decía sobre los colores de las cosas. Era emocionante escuchar al chico de los dos ojos.

Y al cabo del tiempo era ya tan conocido que a nadie le importaba su defecto físico. Incluso llegó a no importarle a él mismo. Porque, aunque había muchas cosas que no podía hacer., no era, ni mucho menos, una persona inútil. Llegó a ser uno de los personajes más queridos de todo su planeta. Y cuando nació su primer hijo todo el mundo reconoció que era muy guapo. Además, era como los demás niños; tenía un solo ojo.



Fin



El niño que tenía dos ojos. Idea y texto, J. L. García Sánchez y M. A. Pacheco.
Ilustraciones de Ulises Wensell.
Madrid: Altea, 1978 (2.ª ed., Madrid: Altea benjamín, 1986.)

Fuente: bakelan.net
Portal de Educación para la Paz y los Derechos Humanos

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